La Historia
del Gaelismo inició en las nieblas de la antigüedad, y últimamente tiene
sus raíces en una era cuando Europa fue ampliamente cubierta por hielo.
Durante esas primeras eras, un solo tipo de hombre vivió entre la
extensión de hielo europea –El Hombre de Neanderthal- haciendo lo
suficiente para desarrollar características físicas especiales, más allá
de las adaptaciones estrictamente culturales. Belludos, con narices anchas
(para calentarse), blancos (carencia de pigmento) de los ojos, pelo y
piel; tales rasgos son manifestaciones físicas nacidas de la gran
permanencia en las regiones del Norte, por lo cual, la demás gente era por
su propia naturaleza extranjera. Aunque otros grupos humanos han dominado
desde entonces las técnicas culturales de la vida ártica, sólo el hombre
de Neanderthal, fue inherentemente una bestia del Norte, y más aún fue un
humano completamente moderno. (Weaver 577,612).
Moviendo
rápidamente el tiempo, el Hombre de Cro-Magnon apareció en la escena
europea hace 30,000 años aproximadamente. Como la retirada del hielo, el
Hombre de Cro-Magnon fue la vanguardia de otros grupos, los cuales lo
siguieron en su despertar. (El término Cro-Magnon puede ser también
aplicado a todos los primeros Homo Sapiens del periodo Post-Neanderthal
Europeo y a su cultura). El resultado de la mezcla de los elementos
raciales, fue el nacimiento de la cepa Indo-europea con más rubios como
era de esperarse en el Norte, y una mezcla más puramente de Cro-Magnon en
la franja del Oeste.
La última
cepa mencionada, aparece mas tarde como la gente pequeña, relativamente
oscura que provenía de las Celtas en las Isletas Británicas, y
construyeron Stonehenge y otros monumentos antiguos en esas extensiones
del Oeste. Cabello rojo, ojos verdes y piel pecosa son rasgos que
permanecen difíciles de establecer en un contexto original. Fueron quizás
indígenas a la franja del Sur en la extensión de hielo europea y puede que
representaran la primera hibridación en Europa Central, siguiendo
cercanamente el primer influjo Cro-Magnon.
Es
interesante que los Vascos gente relativamente pequeña y oscura de piel,
con procedencia antigua de las montañas del Oeste entre Francia y España,
tengan la única Lengua nativa de Europa, la cual cae fuera de la esfera de
la Lengua Indoeuropea; siendo
Aparentemente de origen independiente.
En esta
conexión de Cro-Magnon-Vasca, cabe mencionar que existió en ese lugar otra
Lengua en el s. VI, en el extremo Norte de la isla de Gran Bretaña y mas
allá de la esfera Céltica. Era una raza de aborígenes “salvajes”
hablantes de una Lengua posiblemente relacionada con la Vasca; y como la
Vasca, sin relación alguna al grupo Indoeuropeo (ver capítulo IV).
La familia
Indoeuropea de las Lenguas, desarrolló una gama de dialectos en uso; en la
esfera Central Europea antes del año 5,000 a.c., y vino a ser el
principal origen de la cultura lingüística Europea.
Cuando los
glaciares desaparecieron, surgió un nuevo territorio en el interior de
Europa; el nivel oceánico se elevó y ciertas regiones costeras
desaparecieron por el mar. Esto sucedió en el caso de la Gran Bretaña e
Irlanda, los cuales originalmente fueron unidos al continente y entre
ellos mismos.
Las tierras
perdidas son recordadas en la memoria popular y en muchos de los cuentos
mágicos del folklore europeo; son un historial de aquellos tiempos
distantes. Con estos cuentos, se recuerda el tiempo en que diferentes
poblaciones habitaban en los bosques y llanos de Europa; que pudieran
conocerse aún teniendo una diferencia de más de mil años. En tales
encuentros parece que la gente involucrada está cara a cara con gigantes o
duendes, dependiendo de la perspectiva.
Por
ejemplo, un grupo proveniente de una estepa abierta que venía a una región
forestada y al encontrar a los hombres que moraban ahí, bien podían
encontrar el camino “mágico” tal como la gente del bosque, especialmente
si al ser relativamente pequeños de estatura, eran capaces de desaparecer
aparentemente cuando dejaban huellas de trayectorias rápidas en
rinconcitos y fisuras, familiares solamente para ellos. Similarmente, el
líder de un grupo remanente Neanderthal, viviendo digamos en las montañas
forestadas del Norte, pudo ser el origen del legendario “Rey de las
montañas Trolls” (Troll es considerada un criatura supernatural del
folklore escandinavo), y la tradición acerca de la fuga de un joven
príncipe con la hija del Rey Troll, puede que sea un registro de la
entremezcla, la cual garantizó la desaparición de tales grupos.
En
cualquier suceso, las ramas extendidas de la sociedad Indoeuropea vinieron
a dominar Europa. Los Indoeuropeos exitosamente impusieron sus Lenguas en
las gentes conquistadas, y este proceso trajo como consecuencia la
emergencia de híbridos específicos racio-culturales, como los precursores
de los grupos nacionales de hoy.
Los
Alemanes (tribus Germánicas y Escandinavas) y los Celtas fueron
relacionados mas cercanamente con las gentes Indoeuropeas. Los ancestros
de los Celtas emergieron en la escena Europea hace cerca de 2,800 años y
vivieron en reinos tribales, que se expandieron eventualmente de Este a
Oeste de Europa; mientras sus primos germánicos vivieron arriba de ellos,
en los bosques del lejano Norte y más allá en las regiones fronterizas del
Mar Báltico. Hacia el Sur en las regiones del Mar Mediterráneo durante los
siglos circundantes al tiempo de Cristo, vino el florecimiento del Latín
la civilización clásica; resultado último del recién contacto Indoeuropeo
con el Este.
Los romanos
habían extendido gradualmente su imperio hacia el Norte a expensas de los
Celtas y alcanzaron lo que llegó a ser su frontera Norte durante el primer
siglo d.c. En el Norte fue difícil para los romanos determinar quién era
Germánico y quién era Céltico, y como resultado, a menudo confundían un
grupo con otro como las distinciones desvanecidas generalmente a lo largo
de la frontera Hiperboreana. Habiendo alcanzado los que eran sus límites
del Norte, el Imperio Romano fue arruinado. Su condición fue determinante
al detener el avance de su economía; fue parasítico y artificial alimentar
su expansión. Sin la adquisición del nuevo territorio por medio de la
conquista, tuvo el imperio que alimentarse por sí solo, y fue por lo
tanto, destinado a pudrirse dentro de su creciente corrupción. El final
llegó gradual y dolorosamente durante los siglos IV y V. Los celtas
continentales fueron grandes desde la romanizada y dejaron a las tribus
Germánicas entregar el golpe de gracia que finalizó una era (Davis 23-33).
La Pax
Romana terminó, y las tribus Germánicas estuvieron en el lugar del
dirigente político. Una nueva era de caos entró en Europa, y su siguiente
historia puede ser caracterizada como el esfuerzo de la gente Germánica
para recrear el imperio formado en todo su esplendor. Bajo el tutelaje del
Clero Latino-Romano-Céltico, los Germánicos procuraron incansablemente
emular la sociedad romana, aunque nunca verdaderamente la entendieron. En
el proceso crearon algo nuevo y duradero: una sociedad que forjaba el gran
barbarismo que estaban tratando de rechazar. Por ello fue la energía y
vitalidad de su tribalismo Indoeuropeo, lo que los hizo diferentes. El
hecho es que Roma había sido un caparazón poderoso pero vacío. Su
estancamiento y caída había durado bastante porque careció de toda su
cultura y civilización; sus vecinos del Norte fueron sus herederos.
Mientras
tanto en el lejano Norte y Oeste, el viejo tribalismo Indoeuropeo continuó
sin dificultades; su desarrollo prosiguió en Irlanda y Escocia, contrastó
fuertemente con su decline en el resto de Europa. Mientras, su expresión
en el Norte, condujo directamente a la era Vikinga. En las isletas
Británicas una serie de invasiones tribales Célticas habían super-impuesto
a sus miembros sobre ese territorio insular, como lo deberemos ver más
adelante. Sin embargo, el término Gaélico debe ser usado aquí con
precaución.
La gente
cuya Lengua y cultura vendrían a definir el área “Gaélica”, la cual
emergió después del año 500 d.c., en el sentido tribal de la palabra, no
llegaría relativamente hasta más tarde.
Hubo tres
olas de invasiones Céltica a las isletas Británicas antes de la llegada de
los famosos Gaelos. La mayoría de esta pre-Gaélicas gentes se habían
conducido de tal manera de ser inconquistables por los romanos; cuya
actividad en estas isletas era generalmente restringida al pleno y llano
Inglés. Un área larga y delgada había permanecido subsecuentemente fuera
del alcance de la gente Germánica del Oeste, que invadió la Bretaña
Romana en el despertar del colapso imperial; como aquella gente que
cultivó la semilla de la nación Inglesa. Los primeros de los invasores
Célticos, los Cruithne (proveniente de una forma del nombre “Inglés”),
llegaron entre los años 800 y 500 a.c. Asimilaron a la gente Cro-Magnon, a
los que se enfrentaron, adoptando su sistema descendiente por parte de la
madre en el proceso. Este fue un gran sistema No Indoeuropeo de herencia,
relacionado con el viejo culto de la deidad-madre Cro-Magnon, por medio de
la cual la propiedad y la elección real eran pasadas a través de la línea
de la mujer; con hijos y hermanos proveyendo los líderes reales. La fusión
de estos dos tipos de gente, los pre-Celtas y los Cruithne, formaron la
población básica de las isletas Británicas, y este hecho, con su aspecto
de la línea materna concomitante, es claramente reflejado en la literatura
temprana Céltica (Walton 1-16). Mientras los sabios pueden diferir al
igual que para su naturaleza exacta, la existencia tradicional de la línea
materna es nacida por evidencia histórica, a despecho de reclamar lo
contrario (Thompson 226, Smyth 58-68).
En
cualquier caso, la línea materna tradicional puede explicar la no
posesión militar de la dignidad real Picta por hijos de extranjeros:
esto, puede explicar solamente la presencia de “extranjeros” en posiciones
hereditarias de poder e influencia dentro del reino Picto (los mismos
extranjeros a menudo mantenían simultáneamente su poder derivado de sus
padres, es decir, la línea paterna en sus países de origen).
En algún
momento entre el año 500 y 100 a.c. los siguientes invasores Célticos
vinieron de la isla de Irlanda, los Erinitas ( De Erín antiguo nombre de
Irlanda). Los Erinitas fueron relacionados con los Belgas, quienes
invadieron Bretaña por la vía Armorica (Britania Moderna), antes de
Cristo, aunque aquellos originalmente provinieron del área ahora conocida
como Bélgica, la cual evoca a su nombre. En cuanto a los Erinitas, eran
una aristocracia militar Germano-Céltica con la ventaja material de
armamento superior al acero. Aunque al principio una población
minoritaria se estableció en áreas geográficamente restringidas, ellos
formaron una supremacía militar, sujeta mas a los Cruithne irlandeses que
al estatus tributario. Una tribu Erinita, la Ulard dio su nombre a Ulster.
Los últimos
invasores pre-Gaélicos Célticos vinieron del continente en una fecha
antes de la llegada de los Gaelos, durante el primer siglo a.c.,
probablemente como una reacción a la presión romana en el Sur de Galia.
Estos invasores fueron los Dumnonii, quienes le dieron su nombre a Devon,
mientras su más poderosa rama irlandesa fue conocida como la Laigin, y dio
su nombre a Leinster. Los Dumnonii ( o Domnoni) se establecieron como una
población tribal distinta en el Sur de Inglaterra y en varias áreas de
Irlanda, ejerciendo su estatus de supremacía sobre grandes regiones: Una
rama de Irlanda establecida en el Sur de Dumbarton en Escocia del Sur
antes de la llegada de los romanos en la primera mitad del siglo I d.c. y
llegaron a ser los ancestros de los Britanos de Strathclyde.
Aunque
distintos uno de otro, los tres grupos tribales anteriores hablaron
lenguas similares, cada dialecto originalmente de la Lengua progresiva
P-Céltica de Europa del Oeste Central, (como opuesta a Q-Céltica, una
Lengua antigua del grupo Céltico), y también compartieron otras
similitudes culturales. Pero hubo otra rama de los Celtas, una gran
población tribal que había sido errante por siglos en Europa, en busca de
un hogar apropiado. Estos fueron los Gaelos, y en su búsqueda por un
“Israel” Gaélico, llegaron a Irlanda desde la región alpina de Galia, en
algún momento del primer siglo a.c. Trajeron consigo mismos una Lengua
Q-Céltica distinta de sus predecesores P-Célticos, y este idioma Gaélico
suplantaría eventualmente los recién dialectos, para llegar a ser el punto
central de la cultura Gaélica, emergente y extensiva (O’Rahilly
207-208).Este idioma original Gaélico estuvo más relacionado a los
dialectos P-Célticos que al Gaélico Moderno. Tomando en cuenta el Gaélico
Moderno con sus cambios hechos completamente dentro del contexto Irlandés
y Escocés.
En cuanto
al esquema milesiano de la Lebor Gabala, la semioficial historia de la
dinastías principales gálicas, es la pseudo-historia de la Edad Media. La
historia básica es exacta, anotando la llegada de los Q-Celtas o Gaelos,
quienes llegaron a ser dominantes en Irlanda a finales del s. V d.c. Las
políticas gaélicas de la Edad Media enfatizaron la genealogía de una
manera particular, la alcurnia tribal dinástica siendo de importancia
política central y hasta de significación religiosa.
La Edad
Media duró desde aproximadamente el año 500 d.c. hasta el tiempo de la
reformación de Escocia (cerca de 1570), y en Irlanda hasta el tiempo de
la conquista Inglesa (cerca de 1600). Los Bardos (poetas célticos) y
Olavos ( sabios) del principio de la Edad Media, habían desarrollado un
esquema histórico completo trayendo a los Gaelos a Irlanda por la vía de
Egipto a la Península Ibérica. La inexactitud fue parcialmente un
resultado de los escribas cristianos anotando y secularizando la historia
pagana y las tradiciones, y parcialmente deliberar propaganda dinástica
para las tribus de todas las razas; a menudo trataron de tener su propia
genealogía tribal dinástica unida al “Vástago Milesiano” la genealogía de
los Gaelos por si misma. Las tradiciones independientes de principio del
génesis en las áreas locales de las tribus concernientes a ayudar, nos
dicen la historia verdadera.
De esta
manera después de la llegada de los Gaelos como una población etno-tribal,
los elementos esenciales racio-culturales de lo que llegaría a ser la
sociedad Gaélica, fueron establecidas y todos los desarrollos posteriores
construirían el armazón Gaélico. Esa aristocracia minoritaria guerrera,
pudo permanecer en conquista sobre una mayoría sujeta y recientemente
exitosa al imponer su idioma entre ellos, que es reflejada ampliamente con
la emergencia del Gaelismo. Alrededor del año 400 d.c., los Gaelos habían
acertado en ser el grupo dominante de Irlanda. Para ese entonces, sin
embargo, la naturaleza tribal de Irlanda fue bien establecida y
simplemente los Gaelos llegaron a ser los jefes supremos de una miríada
de tribus P-Célticas hablantes, aunque ciertos grupos recientes
mantuvieron un gran grado de autonomía mas que el resto. Al principio
del periodo histórico (cerca del año 500 d.c.) todos estos grupos hablaron
dialectos de la Q-Céltica, la prestigiada lengua de los Gaelos dominantes.
Así, mientras el mantener sus diferentes identidades raciales, la
sociedad se convertía en un todo y la cultura resultante, pudo ser
descrita como Gaélica. La variedad de identidades separadas racio-tribales,
eran sin embargo, todavía de una importancia central al determinar
relaciones políticas inter-tribales, y permanecerían así a través del
periodo Gaélico (cerca del año 500 al 1600 en Irlanda, del 800 al 1750 en
Escocia).
A través
del curso de su desarrollo, los Gaelos habían permanecido fuera de la
esfera principal europea. Aunque ellos habían estado después de la llegada
de San Patricio (cerca del año 400), fundamental para la conversión de la
mayoría de Europa, su cristianismo permaneció más exclusivamente como una
cosa de religión y aprendizaje, y nunca llegó a ser, como en Europa, un
vehículo para fomentar una resucitación de la cultura latina (Gavin
15).Fuera del reino de la conformidad papal, la sociedad gaélica fue libre
para desarrollarse en su propio paso y en su propia manera. De este modo,
los Gaelos fueron capaces de mantener esa continuidad de la vitalidad
tribal tan importante para su identidad. La nacida identidad de
continuidad, fue su propio vehículo de confianza cultural, y contrasta
atinadamente con el decline de la cultura de la auto-confianza, la cual
acompaña en el lapso de la relación de los europeos, la tradición
Indoeuropea.
Europa
eventualmente desarrollaría una nueva identidad, pero siempre ha habido
evidencia de salud-enfermedad psicológica asociada; por ejemplo, la
inhibición religiosa o moral iniciada por la iglesia europea. Los Gaelos
por su parte, siempre habían aceptado tales influencias latinas como
esencialmente secundarias, en el sentido de que ellos siempre se habían
adaptado a su existente cultura gaélica (ver la discusión de la iglesia
cristiana céltica en el capítulo anterior).
La
diferencia entre las dos esferas de la influencia cristiana, una Céltica
(monástica) y la Romana (episcopal), es quizás , lo mejor resumido por el
viejo proverbio Gaélico el cual establece simplemente: “La iglesia Romana
dio la ley, la iglesia Céltica dio el amor”. Un buen ejemplo de estas
diferencias pueden ser también encontradas en la naturaleza de la
conversión Gaélica al Cristianismo. Los gaelos vieron al Cristianismo
como la consecuencia natural de su previamente existente amanecer dentro
de la religión. Fue una magia nueva para lo pagano, un tipo de nuevo
estado hacia una verdadera y completa conciencia religiosa. Es
significante en esta conexión que la tierra para la iglesia de San
Patricio en Elphin en el condado de Roscommon fue originalmente donada
para ese propósito por el Archidruido Ona. Los descendientes de Ona, de
los Corca Achla o Corca Seachlann, de la misma cepa como los Ciarraighe
(ver capítulo VIII), se ramificaron en varias familias. La principal
familia aquí fue de MacBrannan (MacBaranain) o O’Brannan (O Branain), una
rama de conocidos como los Ui Branain, mas tarde los Maclnernneys o
Nerneys (Mac an Archinnigh, literalmente “Hijo de los Erenagh”) que eran
lo suficientemente interesantes, erenaghs (Abades hereditarios) de la
iglesia de San Patricio en Elphin. Una familia de O’Brannans sirvió como
Erenaghs (Abades hereditarios) de Derryvullan en el condado de Fermanagh.
Otra rama de los Corca Seachlam, los Cineal Mac Erca o O’Monahans (O
Manachain) fingieron un descendiente de los Ui Briuin, y fueron llamados
los Ui Briuin na Sionna.
Los
clérigos tomaron el mando de muchas de las funciones de la orden Druida,
sin embargo, las bajas órdenes druidas continuaron como la clase erudita
(los Bardos y los Olavos que mantuvieron la literatura y el aprendizaje),
y ambos cooperaron en poner escuelas. Fuera de la esfera Gaélica, europeos
simplemente habían vaciado sus antiguas convicciones religiosas, al menos
oficialmente, en favor del nuevo Cristianismo Romano. Esto expresó una
severa carencia de confianza en su propia identidad social y en sus raíces
culturales Indoeuropeas, perpetuando siglos de síntomas de retirada,
conduciendo últimamente a la Inquisición y a la moda de las brujas
europeas al final del periodo medieval. Las diferencias entre las dos
esferas de influencia, una europea y la otra gaélica, eran para ser muy
importantes: para poder determinar los tipos de nacionalismo que se
desarrollarían dentro de sus áreas respectivas. Mientras, el papado estuvo
procurando unir los reinos del imperio caído, y con buen éxito, los Gaelos
se estaban consolidando la franja del Oeste la cual, nunca había sido
romana. Asimilaron la mayor parte de la línea materna P-Celtas de
Escocia, los Pictos o Albanos, e hicieron incursiones en Gales y en
Cornwall.
Todo esto
fue realizado entre los siglos V y IX, y en Escocia los primeros invasores
que hablaban gaélico, los Scots, provenientes de Dal Riada en el Noroeste
de Irlanda, firmemente establecieron su estampa gaélica y eventualmente su
nombre en el territorio nuevo. El reino Picto-Escocés Gaélico resultante,
llegó a tiempo para ser mejor conocido como el Reino de los Escoceses en
vez del Reino de Escocia, y este epíteto fue simbólico por el hecho de que
la dignidad real Escocesa cubrió una familia nacional de tribus
relacionadas, donde quiera que pudieran estar, y no solo sobre una
población arbitrariamente residente dentro de un territorio particular.
Los muchos reinos de Irlanda eran similarmente tribales, como fueron los
primeros reinos germánicos de Europa (tal como el reino de los Francos),
aunque las gentes Germánicas tendieron a enfatizar los lazos del jefe y el
súbdito (así como una banda de guerreros) junto con los de la dignidad
real, y esto verdaderamente les facilitó dejar el tribalismo para iniciar
algo nuevo. Después de la gran dignidad real de los Picto-escoceses fue
finalmente transformado este tribalismo, en un reino central seguro de los
Escoceses debajo de los Estuardos durante el siglo XV, la parte Gaélica de
ese reino miró a su rey como quien derivó su mandato para regir: de ser el
jefe de jefes, i.e., como el jefe fue al clan, así el rey era para todos
los mismos jefes de clanes. Los sistemas tribales dieron una relación más
personal entre el rey y la gente, se manifiesta a todos los niveles de la
sociedad, como se comenta en el capítulo previo.
Es
importante no asociar el Gaelismo con el decline general de las sociedades
Célticas en el continente, mucho después los P-Celtas de la tierra
principal europea habían visto su futura decadencia; los Q-Celtas del
Gaelismo fueron expandiendo su territorio con toda la vitalidad de sus
primos Indoeuropeos y contemporáneos, las tribus Germánicas del s. XV de
Europa.
El Gaelismo
nunca había inclinado su cabeza al extranjero, y su perspectiva era de
orgullo, de fuerza, confiable y de expansión. Esto es reflejado mas tarde
en la actitud de los jefes nativos irlandeses del siglo XVI, así fueron
(quizás lamentablemente) en la mayor parte de la implacable y desdeñosa
conquista inglesa.
Los modos
isabelinos y elegantes ciertamente sacaron una reacción estrepitosa
proveniente de los miembros de la guardia armada pesada de O’Neill en su
histórica visita a Londres en 1562.
Desde el
principio hasta el final del periodo medieval, los gaelos habían estado
envueltos en la guerra europea, primariamente como mercenarios. Estuvieron
también continuamente en el corazón de la erudición y monaquismo europeo,
y siguieron al enviar monjes y mercenarios; el capricho los llevó por
todas partes de su historia, demostrando en el proceso el ansia de viajar,
tan típico para la psique Indoeuropea. Aquí vemos reflejado el peregrinaje
gaélico, las andanzas de las primeras tribus Germánicas así como ellos
tomaron posesión de Europa después de Roma, y también la dirección que
tomaron otros Indoeuropeos, tan lejos como la India, Persia y Asia menor.
Los todavía
Vikingos paganos fueron los últimos germánicos del Norte, y es interesante
señalar que en su exploración hacia el Oeste (entre los siglos IX y XII),
se encontraron precedidos de vez en vez por los establecimientos Gaélicos
de lego monástico: en las islas exteriores de las Hébridas, Islandia y
hasta en Norteamérica donde de acuerdo a la saga evidencia, encontraron
una comunidad Europea que llamaron Gran Irlanda o la Tierra de los Hombres
Blancos (Anderson 337-338). En Islandia, hasta hoy, la iglesia cristiana
es sorprendentemente similar en su adaptación social al original Céltico,
una situación indicativa de ambos, su antecedente Céltico, y las continuas
presiones sociales de aislamiento y autosuficiencia. Ambos, la saga
evidencia y la tradición folklórica gaélica, dan fe a la existencia de
tales establecimientos de gran alcance gaélicos, como el record
arqueológico, y tales lugares son mencionados repetidamente en las sagas.
Es también interesante que el tribalismo de los americanos nativos en la
parte Este de Norteamérica, que era muy similar en muchos aspectos al
Gaelismo, y mantuvieron su independencia por mucho tiempo (Los escoceses
Ulster o los inmigrantes Esco-irlandeses quienes se establecieron en el
territorio Oeste de los Apalaches, habían practicado las técnicas para
fortificar sus granjas en contra de las tribus hostiles durante su
tenencia como fundadores en el Norte de Irlanda cerca del año
1600).Indicadores de un primer contacto entre los indios norteamericanos y
los indo-europeos son sugeridas por la antropología física del primero.
Sus restos físicos pre-colombinos hasta han sido descritos como menos
orientales y más europeos, específicamente su procedencia del Este de
Europa. (La era mortal, de bronce en América, 84-97). La admiración de
Rousseau del “noble-salvaje”, visto en esta luz,, puede ser bien un tipo
de invectiva subconsciente en contra de la pérdida de inocencia europea,
como los propios nativos americanos que pudieron ser más cercanos (y no
solamente en espíritu) que los propios indoeuropeos.
Al girar de
las analogías americanas a las europeas, señalaría que la supuesta
conciencia mística céltica es realmente un tipo de tendencia a la
superstición, característica de los primeros anglosajones también; y
probablemente fue una característica compartida de la cultura Indoeuropea.
De hecho, muchos de los aspectos bárbaros, supersticiosos y tribales de la
sociedad gaélica son reflejados en la literatura Anglo-Sajona (Beowulf).
Estos primos primeros germanos aparecen por haber sido todos tan etéreos
como los Celtas y también tan intuitivos y sensibles al matiz. Las tribus
germanas originalmente, habitando el desierto áspero del lejano Norte,
nunca tuvieron el brote de una sociedad abierta y amplia; disfrutada por
sus primos fieros los Célticos en el Sur. En las Islas Britanias, sin
embargo, existió la proximidad, el acceso y la considerable compatibilidad
entre los Gaelos y los Anglosajones en la Edad Media. Las diferencias no
emergieron aquí sino hasta después de la invasión Normana de Inglaterra;
aunque la maquinaria fue puesta en movimiento entre los Célticos y la
Iglesia Inglesa en el comienzo del periodo Medieval.
El Gaelismo
fue a menudo especialmente caracterizado por el Post-Normano Inglés, como
Bárbaro. Sin embargo, fueron los sabios gaélicos los responsables de
iniciar y sustentar la actividad misionaria aprendida, la cual sacó
recientemente a Europa fuera de la Era Oscura (cerca de los años 500-1000)
y resultó su conversión al Cristianismo. Tales sabios continuaron una
larga tradición de la filosofía céltica, la cual fue famosa desde la
antigüedad, habiendo sido admirada por el mundo clásico en los días
anteriores a la caída de los reinos Célticos de Europa. Los Celtas siempre
han sido famosos por su amor a la libertad, al juicio y por su espíritu
luchador; y estos rasgos son ampliamente reflejados en la psique gaélica.
También es importante para la mentalidad céltica el sentido del humor y
justicia, e historias de la inherente caballerosidad de los antiguos Galos
(Gauls) en la cara de la alevosía romana que tienen sus contrapartes
gaélicos en las luchas Gaélico-Inglesas de tiempos más reciente, las
cuales culminaron con la destrucción del Gaelismo en el siglo XVII y XVIII.
Esta características Célticas han dejado su marca en el hombre del Oeste
–en su amor a la libertad- y la proveen de un lazo con el pasado más
directo y durable que en su normal conexión con Grecia y Roma, o hasta con
Palestina. Es significante recordar que el florecimiento de la
caballerosidad de caballeros en Europa durante la Alta Edad Media, atrajo
mucho de su inspiración literaria desde fuentes Célticas (tales como los
cuentos galeses acerca del Rey Arturo y sus caballeros).
En el reino
de la erudición medieval, la vitalidad gaélica y la confianza fueron
responsables del pensamiento original y la creatividad, pues al mismo
tiempo cualquiera en Europa simplemente copiaba el trabajo de los grandes
escritores clásicos mas que hacer algo innovador. Esta situación fue un
síntoma de la preocupación europea por la mirada atrás hacia Roma. De
cualquier manera, tanta creatividad gaélica y la independencia de
pensamiento provocó algunas veces un “¿Quién creen qué son?” del
criticismo papal; para los europeos medievales se colocó un premio a la
conformidad el cual, vino mayormente a expensas de la averiguación
filosófica creativa. El racionalismo no llegaría a ser popular
generalmente sino hasta más tarde, aunque hizo un comienzo durante la Alta
Edad Media, (s.X al XII). Los Gaelos por su parte, pudieron encontrar
europeos que eran sencillos y monótonos, y al parecer carentes de nobleza
o sutileza, así como a europeos con una perspectiva gaélica.
Tale
malentendidos entre estas dos esferas fueron el subproducto inevitable de
diferencias en un énfasis de cultura , moral y perspectiva (así como fue
la preocupación inglesa tardía con los elementos bárbaros del gaelismo
exhibidos).
Como una
nación, la energía gaélica fue gastada en la rivalidad política interna o
en el fervor gaélico de la erudición cristiana, el trabajo de monasterio y
el monaquismo. Sin embargo, el Gaelismo era rico en recursos humanos y en
la agricultura, por lo tanto, constantemente tenía a “el lobo en la
puerta” por que el extranjero venía a tomar parte forzosamente de la
riqueza de la tierra. Este hecho incambiable sonó el “toque de la muerte”
del gaelismo; porque para el sistema gaélico era estar pasado de moda en
este importante sentido: Últimamente no se podía defender del poder
militar, lógico y económico de las crecientes naciones-estados europeos
del periodo post-medieval. La sociedad gaélica en su interior estuvo muy
absorbida por la vida y gloria de su propia cultura arcaica, y por
consiguiente, fallida para ir hacia delante con el celo, por ejemplo, de
la búsqueda y la precaución inglesa.
Aunque las
tribus no rigieron mucho tiempo en el Gaelismo, el lenguaje gaélico es
todavía hablado y se refleja en el acento, idioma y sintáxis del habla
inglesa local en Irlanda y Escocia. El legado cultural del Gaelismo, lo
opuesto a lo político, está todavía en existencia para apreciarlo. Es por
eso que éste libro está dedicado. |